lunes, 25 de noviembre de 2013

El ser humano es masoquista.

El ser humano es extraordinario. Es el único animal capaz de hacerse daño a si mismo, y aún así queriendo hacerse más. No me refiero a dolor físico, sino dolor mental, psicológico. Los humanos somos estúpidos, así, resumiendo.
Buscamos el dolor mirando fotos, leyendo mensajes antiguos o pensando en recuerdos que pensamos olvidados. 
Un día te levantas y por lo que sea te acuerdas de la imagen de una persona, de algo que te dijo, o de una situación concreta en la que fuiste feliz. Y le das vueltas todo el día, una y otra vez, hasta que esa idea se incrusta en tu cabeza y no te deja pensar mas allá de dicha idea. 
Si al menos fuera buena...pero nunca es así. 
Los humanos nos creemos la raza fuerte, pensamos que "bah, lo pasado pasado está, yo jamás me acordaré de eso ni desearé volver a aquello". Nos mentimos a nosotros mismos sabiendo que cualquier día caeremos en los recuerdos y nos hundiremos. Pero nuestra estupidez es mayor que nuestra cautela, así que nosotros seguimos repitiéndonos esas frases tontas y poco convincentes por el simple hecho de pensar de que así no nos acordaremos. 
"A esta persona la odio", "Jamás volveré a querer a nadie", "Mejor ahora que no está", y un sinfín de mantras tontos y absurdos. 
Pero entonces llega un día cualquiera, y llámalo destino, casualidad o hijoputismo por parte de tu vida, encuentras algo que cambia tu estado de animo. Y empiezas a pensar, t mente se revoluciona y cuanto mas piensas en parar de pensar en esa idea, más piensas y así, así hasta que se hace imposible pensar en nada mas. 
Experimentas esas mariposas de nuevo en el estomago, esa risa concreta, o sientes ese abrazo de nuevo de esa persona perdida. 
Y empiezas la fase de negación, la fase donde niegas que todo eso te afecte, que "tu estas por encima de todo eso". Luego, y no se porqué, te acuerdas de los momentos buenos, y entonces sin querer, sonríes. Te acuerdas de una frase, y miras una foto, y te acuerdas exactamente de lo que os dijisteis en esa foto. 
Luego llega la fase de depresión absoluta, donde empiezas a pensar que eres tu el causante de que todo se estropeara: una relación rota, una amistad rota y la gente olvidada. 
Y entonces te das cuenta de que por mucho que dices, jamás has sido capaz de olvidar a esas personas, porque esas personas de una forma u de otra te marcaron, hicieron algo nuevo en ti, te cambiaron.
Te hicieron ver, te hicieron sonreír, incluso alguno te hizo llorar. Pero esos momentos estarán ahí siempre.
Nuestro problema no acaba ahí, no. Seguimos demostrando nuestra maravillosa inteligencia, y entonces poco a poco nos anclamos en los recuerdos. Un error muy muy grave.
Anclarse en los recuerdos es lo peor que puede hacer alguien; vivir de recuerdos, como alimentándose poco a poco, sobreviviendo de una realidad ficticia. 
No podemos volver atrás y aun así, cabezones, lo intentamos. ¿Pero no nos damos cuenta de que eso es imposible? Y nada, nosotros lo seguimos intentando, nos hacemos mas daño, pero lo intentamos otra vez.

Pueden ocurrir dos cosas entonces: están los que se dan cuenta de que así no se puede vivir e intentan pasar página, poco a poco, pero lo intentan y lo van superando; y luego están los que prefieren sumirse en ese mundo irreal y utópico, rodeado de sus recuerdos, y perdiendo poco a poco el sentido de la realidad. Su felicidad se reduce a hechos pasados, y mientras se están perdiendo momentos increíbles de su presente. Esos recuerdos son como una droga, se vuelven yonkis de ella, la necesitan para decir que son felices. Pero es una felicidad falsa, no real, que actúa como un arma de doble filo. Es felicidad por recordar el dolor, no por recordar las cosas buenas.

Todos somos así, siempre elegimos lo peor porque creemos que es lo que nos va a hacer feliz. Sabemos que esta la piedra, y nos tiramos a ella, cuando seguramente hay a tu lado la felicidad verdadera, pero no la ves.
Es como la Caverna de Platón; ¿que prefieres: salir a la luz, al mundo real, o quedarte en la oscuridad, alimentando tu mente de ideas no reales?
Con eso no quiero decir que recordar sea un error, para nada. Recordar esta bien, echar de menos a alguien que ya no esta a tu lado esta bien, pero anclarse en esa idea, en que queremos que todo sea como antes, ahí esta el error. 
Nada vuelve a ser como antes, absolutamente nada. Nosotros cambiamos, el mundo cambia. Nada se repite, todo esta en movimiento. Lo que una vez te gustó, puede que ahora no te guste.

La decisión es únicamente nuestra.