domingo, 6 de abril de 2014

Balas perdidas.

Los seres humanos jóvenes dan pena en si mismos.

La gente joven de hoy en día me da pena. Veo a la gente desanimada, triste, melancólica. Vas por la calle y te cruzas con individuos de toda clase. Los únicos que están felices son los canis, y porque no piensan y no les dan vuelta a las cosas. Pero quitando a esa sub-raza de primates, el resto, ¿que pasa?
Se que la situación que vivimos no es la mejor, sin duda. Partimos de la base que a los jóvenes nos están dando palos por todos los lados, y no nos dan oportunidades para nada. Pero eso no significa que debamos hundirnos. Se que es difícil, pero no podemos.
Los jóvenes tenemos una fuerza mayor de la que nosotros nos creemos, pero claro, sale esa parte humana nuestra tan bonita de la vagueza y no hacemos nada. Absolutamente nada.
Una manifestación, no sirve. Una huelga, no sirve. ¿Nada sirve, entonces?
Jamás. Todo sirve. El mundo se está radicalizando demasiado, y en algunos aspectos, aunque no me guste, hay que hacerlo. Yo no puedo quedarme callada ante tantas injusticias que veo. Pero la gente no hace nada, no se levanta, no grita, no hace nada. Y los pocos que lo hacemos nos llaman balas perdidas.

Balas perdidas…que concepto mas raro. Bala. Perdida. Osea quiere decir que no acertamos el lugar donde tenemos que acabar, ¿no? Y ese lugar, ¿Quién lo dictamina?

A lo mejor a mi no me apetece acabar donde cuatro gobernantes me han dicho que debo terminar. ¿Dónde se ha quedado eso de pensar por uno mismo, las ideas revolucionarias?
Hoy, cuando vas a contracorriente, eres un supuesto bala perdida. Por el simple hecho de que no piensas como tiene que pensar la mayoría. Repito, ¿Dónde pone que yo tengo que pensar de una forma o de otra?
Creo que soy libre para hacer lo que me de la gana y pensar como me salga de la punta del pie. Y que bonito suena eso de “Yo es que soy un bala perdida”, cuando todos en el fondo no lo somos realmente. 
Vivimos en una sociedad donde nos meten subliminalmente muchas ideas, y al final no pensamos por nosotros mismos, si no pensamos lo que ellos quieren que pensemos.
Por eso los jóvenes, yo misma, dan pena; damos pena. Porque por mucho que digamos que “yo pienso por mi mismo” es una vulgar mentira.

Si el mundo ha ido avanzando fue porque alguien un día se plantó y decidió romper con todo. Pero nosotros somos muy valientes de boquilla. Claro, desde casa o entre una marabunta de gente lo somos, estamos protegidos.
Eso es una actitud de cobarde de mierda. 
Sal tú, solo, a cuerpo, y grita por ti, por todos, pero tú solo. Ya te aseguro que no tienes valor porque nos han metido en la cabeza la idea “del que dirán”. A todos y no hay nadie que se salve.
“Yo es que soy muy alternativo”, “Eso de salir yo solo lo hago cuando quieras”.

No se tu, pero yo no he visto a nadie salir solo delante de todas las fuerzas de represión a gritar. Siempre están cerca los demás, los otros famosos “balas perdidas”.


La persona que se enfrenta sola de verdad, sabiendo que con sus actos puede cambiar muchas cosas, ese si es un auténtico bala perdida.