jueves, 26 de diciembre de 2013

Adios, 2013.

Cuando llegan estos días antes de que se acabe el año me pongo triste. Siempre me pasa. Me pongo triste porque cuando un año ha sido genial y estupendo no quiero que se vaya, porque parece que todo eso que se ha vivido va a desaparecer y eso, da miedo. Y entonces te pones a pensar en todo ello, y te viene todo de golpe. Te acuerdas de todo, como en caída libre, y se te retuerce el estomago, y luego se ensancha, y tienes mariposas y te enfadas, y te ríes y a veces, lloras.
Pero al final te queda una sensación indescriptible, de saber que todo lo has hecho bien, a pesar de haberla cagado mas de una vez, o de haberte caído demasiadas veces.
Entonces empiezas a ver cada recuerdo por separado, un recuerdo asociado a una canción, una foto, una frase o incluso algo que está en tu habitación que al mirar, sonríes. 

Al principio del año pasado dije: "2013, con un 13, tiene que ser mi año, ya que el 13 es mi numero favorito".
Luego me di cuenta de lo imbécil que fui al pensar eso. Digamos que la frase que resume Enero es: "¿Qué coño hago?".
Pensaba que si el año empezaba así, el final tenía que ser lo peor. 
Ha sido un año en los que he cambiado de opinión más que una veleta. Ahora esto, ahora lo otro, ahora niego esto porque soy así de fantástica y yo me creo mi propia negación, y así. 
Entendí que olvidar a alguien no es decirlo de boquilla, si no que hay que ponerse sería y decir: "Todo va a cambiar". El problema es que me gusta tropezar con la misma piedra todo el rato, y claro, es desesperante para mi y sobre todo para esos chicos chachis que me rodean. 
Decidí pasar pagina en muchos sentidos, pasar de mucha gente, pasar de muchas actitudes y ser como yo quería ser. Aprendí a que no me tenía que callar si algo me molestaba, y que decir "no" es bastante mas facil de lo que uno se piensa. Además, siendo así se descubre la verdadera naturaleza de las personas que están a tu lado, quedando los mejores. O no, mejor dicho, quedando los verdaderos.
Yo no he pasado página, he cambiado de libro directamente. Y me gusta, aunque haya perdido algunas cosas, he ganado otras mejores. Y lo mejor es que he conocido a gente increíble, y a la gente increíble que ya conocía, me ha demostrado de nuevo lo increíblemente increíbles que son. Porque si, porque soy una persona insoportable,  y yo lo reconozco. Y que ellos me aguanten día tras día, tiene merito. 
De la gente que he conocido podría decir nombres, peeeeeero no voy a decir nada. Ellos y ellas saben quienes son. Solo diré una cosa: la distancia no es excusa de nada.

Y no, no me he enamorado este año. Más que nada porque lo empecé enamorada, pero ahora, a día de hoy, nada de nada. He aprendido a valorar el estar sola, y es más, me gusta. Sin preocuparme de si me habla, no me habla, "ay, que me ha visto". Meh. Paso de todo. Con esto no digo que no me gusten algunas personas, pero de ahí al amor hay un paso tan grande como un abismo que aun no estoy preparada para saltar.

También ha sido un año de recuperaciones, de salir de esos pozos negros donde estaba metida, de ver la luz después de mucho tiempo. Entendí que cada uno es perfecto a su manera, y que mucha gente, mas de lo que yo me creía, me veía. No era tan fantasma como yo creía.

Podría contar cada minuto, cada segundo de este año, pero seria un no acabar. Mejor lo resumo en esta canción, la mas chachi del mundo entero. 
Gracias por hacer de este 2013 un año que no ha sido mio, sino nuestro. 






jueves, 12 de diciembre de 2013

Pasión vs Racionalidad.

Cada día que pasa veo que la mente del ser humano no es tan simple como creía. Es más todavía si cabe. 
El otro día me surgió uno de esos dilemas internos, profundos, de esos que empiezan como una gota y acaban siendo un océano en tu cabeza, pues de esos. Y me di de cara con algo que pensé que no volvería a aparecer en mi vida. Bueno, la verdad es que lo estaba evitando. 
Se que es de cobardes evitar pensar en algunas cosas, y ahí es cuando me di cuenta de la simpleza infinita de nuestra mente. Es tan jodidamente simple que solo pensamos al día cuatro cosas absurdas, y ocultamos en lo que realmente queremos pensar, autoconvenciendonos de que si se oculta, desaparecerá. 
¿Por qué somos tan, tan...? Es que no tengo ni calificativo. 
Pero de ahí, de esa conclusión a la que llegue, me aparecieron esas ideas que tanto había evitado. 
Las ideas son lo de menos, lo que importa es el hecho de elegir entre esas ideas. Siempre, siempre, siempre, hay dos ideas contradictorias entre si, entre las cuales, obviamente, tienes que elegir. 
Es como llegar al final de un camino recto y encontrarte con una bifurcación. Y entonces llega el momento de decidir. Que tiemble el mundo y la mente humana; un humano eligiendo puede llegar a ser desesperante. Y encima casi siempre se equivoca en sus elecciones aunque las haya meditado durante mucho tiempo.
Los caminos a saber son el camino de la idea que te gusta, el de las pasiones y el placer; y el otro es el camino de la idea que es correcta y racional. 
Ahora es cuando el ser humano la caga considerablemente. Empiezas a sopesar los pros y contras de un camino o de otro.
El camino de las ideas que te gustan, elegir el placer en definitiva, es un camino donde lo vas a pasar genial, donde cada día va a ser una aventura y te vas a sentir genial porque vas a hacer lo que quieras sin rendir cuentas. Lo que quieres lo tienes ya, ahora, no hay que esperar. Lo que pasa es que este camino casi siempre es el que menos nos conviene. Es un camino peligroso, te metes en la boca del lobo, vamos. Y es que tu mente te dice: "Cuidado, que te vas a pegar la ostia de tu vida". Pero una parte de ti dice: "Seguro que no, porque voy a tener cuidado y me lo voy a pasar como nunca". Ahí tu mente desconecta, como la mayoría de las veces en las que tienes que hacer y decidir algo importante en la vida. 
Ves el camino, ves que es un camino pedregoso, difícil de andar por el, pero aún así, sabiendo que a la mínima de cambio vas a tropezar, te quieres arriesgar. Estupidez 1 - Mente 0.

Entonces miras al camino de la racionalidad, el que se considera correcto y el que mas te conviene. Ese en el que la seguridad, la tranquilidad y la calma reinan y donde sabes que vas a hacer lo correcto, dejando un poco de lado lo que te gusta. Sabes que en ese camino vas a pensar más tus acciones, no te vas a dejar llevar tanto como en el otro porque piensas las consecuencias. Ese camino es liso, no hay obstáculos y si lo hay son pocos. Sabes que va a ser relativamente fácil andar por el, ya que es suficientemente grande para que alguien camine contigo; al contrario que el otro. Pero ves la parte en la que este camino puede llegar a ser aburrido. ¿Y los retos, y las aventuras, y las locuras? No va a haber demasiadas, porque prima antes el ser racional al ser pasional.

Y ahí estas tú, días y días mirando qué te conviene más. Pasión y placer frente a racionalidad y conveniencia. 
Entonces tu maravillosa mente se le ocurre una idea de lo mas estúpida, para variar: "Puedo alternar los dos, y caminar por los dos".
Pero ves que esta vez no es como las otras. Cuando empieces uno llegar al otro va a ser imposible, asi que tienes que elegir muy bien. 
Es hora de tomar una decisión que no va a ser LA decision de tu vida, pero si que va a marcar un nuevo punto de partida en tu vida. Vas a tener que dejar un montón de cosas a un lado, vas a tener que pensar en hacer lo que te gusta y en hacer lo correcto.
En pensar en quien te aporta pasión a tu vida y en quien te aporta racionalidad. 

A día de hoy, el 99% de la humanidad nunca ha acertado en esa encrucijada. ¿Y si alguno somos ese 1% que falta?