miércoles, 5 de marzo de 2014

Estar triste es un derecho.

Hoy no ha sido un dia de esos para recordar. Todos los seres humanos se caen con todo el equipo alguna vez. y hoy me ha tocado a mi. Esto es así. 
El día en si ha sido bueno, pero en mi interior está esa sensación que te dice que no. ¿Sabeis a lo que me refiero? 
Con que una sola sonrisa haya sido forzada, el día no ha merecido la pena. Porque esa sonrisa, esa fracción de segundo, es lo que ha cambiado tu estado de animo por completo y te ha hecho bajar de las nubes a probar el duro asfalto. 
Es sentir esa presión en el pecho, esas mariposas con pinchos, nada dulces, y sentir que cada vez que vas a sonreir vas a llorar. 
Algún dirán que "uno esta triste porque así lo quiere". Me temo que, otra vez (y que raro en mi), no coincido con la mayoría.
Uno está triste y se acabó. Un día te resquebrajas sin más, y todo te supera. Y eso no es que seas una persona deprimida o con tendencias a la tristeza, para nada. Es un estado de animo tan normal como el estar feliz o enamorado. Pero, no se porqué, lo vemos como algo negativo. ¿Y lo vemos negativo porque nos afecta a nosotros el ver a una persona triste o por el simple hecho de que no es como un ser humano tendría que estar?
Hay personas que estan todo el dia felices, alegres y sonriendo, y otras en cambio, no. Algunas son la mezcla de ambos.
Yo soy rara. Y como tal rara me pasan cosas raras. 
Soy una persona que, a pesar de la primera imagen que doy, soy muy muy sensible. Más de lo que la gente se piensa. Todo me afecta el triple que a los demás; cualquier gesto, cualquier palabra o cualquier mirada me afecta más que a los demás. Alguien podría decir "Guau, eso es genial, sientes mucho mas que cualquiera". Si. Pero a veces no es divertido.
Cuando siento alegria, la siento mas que nadie, pero si siento tristeza, tambien la siento mas. 
Como hoy.
Mi tristeza es algo extraño. Me suele conducir a un estado de tranquilidad infinita, como si nada pasara, donde sonrio de la manera mas dulce que conozco y mi caracter se ha calmado, dejando paso a una calma tras el huracan de emociones que soy.
Normalmente me pongo triste cuando tengo mil sentimientos disntinos rondandome por mi cuerpo. Y entonces lloro. Y no lloro de rabia, de "oh dios, odio mi realidad". Lloro porque necesito liberar sentimientos. Las lágrimas solo son sentimientos hechos agua salada. 
Por eso, cuando estoy triste y me siento en mi casa y miro porla ventana, y lloro, sonrío a la vez, porque es como sentir esos sentimientos, palparlos, te resbalan por la cara como diciendo "eh, estamos aquí, no estés triste"
Como si esas lágrimas solo dieran un abrazo poco común. Para no sentir la soledad que me invade cuando estoy sola. Una soledad que, en este caso, yo no he buscado, si no que me ha llegado de golpe.
Eso es lo que mas odio de estar triste, la soledad no buscada. Ese sentimiento de impotencia de querer gritar y no poder. Y gritas al vacio con tu sonrisa, tu mirada, y así liberas todo eso que se acumula en ti. Y lloras, y sonries, y piensas lo estupido o estupida que eres. Y te llamas de todo a ti mismo. 
Idiota. Imbecil. Estupida.
Y llegas a la conclusion de que te has puesto triste porque sientes demasiado. Quieres demasiado. Eres demasiado feliz. Y vives todo de una manera tan intensa que nadie lo llega a entender.
Y te tachan de depresiva, de persona triste, de ser un fantasma que vaga por ahí, olvidando todo a su paso.

Por eso creo que es un derecho a estar triste, porque la tristeza es un estado de animo que llega cuando has cumplido todos tus objetivos y eres demasiado feliz.
Puede sonar estupido, pero el hecho de tener todo lo que quiero, y todo lo que he deseado me pone triste. Porque hay otra gente que lo merece más que yo, y porque creo que a veces ni yo me merezco nada. 
Porque soy eso, nada. 

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