sábado, 20 de abril de 2013

La base de la felicidad.

Casi ha pasado una semana desde que todo cambió. Y menuda semana; ha estado llena de buenas noticias, de buenos momentos. De una vida que creía olvidada. 
Después de ese lunes que cambió mi vida, y que cambió la vida de otra persona, me he dado cuenta de que si antes estaba seguro que lo mio era ayudar, se me ha confirmado más. 
Desde muy pequeña ayudar es algo innato en mí. A medida que me fui haciendo mayor y las cosas se complicaron vi más claro esa idea en mi: yo estaba hecha para ayudar a los demás.
No podría contar las veces que he hecho cosas por los demás, porque no podría. Y tampoco quiero. No me dedico a ayudar por lucimiento, para que otros me vean y digan: "que chica tan considerada". No. No lo hago por eso. Lo hago por satisfacción propia, porque puedo demostrar qe si queremos en cada uno de nosotros queda esa humanidad que poco a poco hemos ido perdiendo.
Hoy en día vivimos en un mundo en el que el "yo" y el "mi" son las palabras mas dichas. Miramos solo por nuestro bien, queremos que el mundo funcione a nuestra manera. Y, mucha evolución, pero no hemos llegado a la conclusión de que eso es imposible. El ser humano es demasiado orgulloso para reconocer que se equivoca. Al final todos acabamos enfrentados por lo que queremos. Y es que no nos damos cuenta de que cada uno busca un mundo diferente. 
Yo veo la situación desde otra perspectiva. Si nos ayudáramos unos a otros, el mundo sería como una gran rueda, un engranaje que funciona a la perfección. Lo que yo no se hacer, tu me ayudas, y yo te ayudo a ti en lo que tu no puedas. Más simple no puede ser. 
Te ayudo sin animo de lucro; solo porque quiero que todos estemos bien.
Esa idea lleva conmigo desde que recuerdo. Y si, no solo ayudo al que me cae bien, o con el que no estoy enfadado, o con el que es buena persona. Todos merecemos que nos ayuden, aunque nos cueste pedir ayuda, o nos neguemos. Hasta el mas malo del mundo necesita ayuda. Si obviamos a esas personas, en realidad no estamos ayudando a quien realmente lo necesita. Ayudar al que esta bien es muy sencillo, pero a mi no me da satisfacción personal. 
El mundo cambiara si ayudáramos a los que realmente lo necesitan; quitarnos la cantidad de prejuicios que tenemos y salir y hacer lo que debemos hacer. Somos personas, todos. Y por lo tanto, iguales. Si ya ni nos ayudamos entre hermanos, ¿a que aspira la raza humana?
Mucha gente me ha dicho que soy idiota por ayudar al que me odia, o al que es mala persona. "No te lo agradecen", me dicen. 
Es que yo no busco agradecimiento. Si vamos buscando eso, es que no estamos buscando el bien común, solo buscamos la aprobación de la sociedad. 
Ayudar a los demás debe ser un acto de, al fin y al cabo, de amor a los demás. Tu podrías estar en esa situación el día de mañana, y te gustaría que te ayudaran. Entonces haz tu lo mismo.
No por ti. Por el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario