lunes, 29 de abril de 2013

La vueltas de la vida.

Es increible las vueltas que da la vida. Hace unos meses estaba por los suelos, pensando en que no iba a salir de las sombras donde estaba. 
Ahora me miro y veo a otra persona; una persona muy diferente, muy lejana de aquella que era. Pero me veo muy bien. Veo que soy yo y eso ha repercutido en mi vida, haciendola cambiar por completo.
En las situaciones desagradables te das cuenta quienes son los que de verdad te quieren. Quienes estarían dispuestos a darlo todo por verte como antes. 
Muchas veces nuestro problema es que no vemos a esas personas, no vemos lo que hacen por nosotros. 
Nos solemos centrar en gente que no merece la pena nuestra atención, o que no sabíamos que les dábamos demasiada importancia. 
Gente con la que creías que contabas, gente que te decía que pensaba como tú, y que ha resultado que ni estaban, ni eran como te decían. 
Gente que te decepciona, que te hace daño, pero es un daño que es facil de superar. Después de todo lo que he pasado todos estos problemas son como arañazos: escuecen al principio, pero luego dejas que hagan costra. 
También descubres a gente que quería estar ahí, y que tu mismo has impedido que estén con tu silencio o con tu indiferencia. Porque tu idea era: "No se acercan a mi", cuando la realidad era muy diferente. "Es que tú desaparecías, y nosotros te echabamos de menos"

Gracias a estas cosas te das cuenta de la realidad: hay mucha gente que te quiere, y te aprecia. Gente que sabe que podrás lograr todo lo que te propongas y, que si te caes, ahí van a estar. Que tu pasado nos les influencia en su opinión sobre tí. 
Y, cuando eso nunca me ha pasado, es algo raro de asimilar. Me quieren tan y como soy, no por algo que aparento ser.

Ahora que lo veo todo nuevo ves que gente cercana no lo era tanto, que gente con la que no hablabas apenas se han convertido en personas fundamentales, y que gente que ha estado ahí siempre siguen estando ahí como nunca han estado.
Y cuando les veo no puedo evitar sonreír  Y es que nunca me había reído con tantas ganas, nunca había sonreído hasta que me doliera y creo que nunca he estado más cómoda conmigo misma. 
Al fin y al cabo, para qué planificar una vida si luego la vida da mil vueltas y no sabes donde vas a parar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario